Cada lunes se realiza el recogido de desperdicios solidos en mi comunidad. Para el mes de diciembre estas personas solicitan algún donativo como regalo de Navidad a los residentes de los lugares donde ofrecen el servicio. Este pasado lunes en la mañana al escuchar que se acercaba el camión a mi casa, salí en mi silla de ruedas al balcón para entregarles mi aportación. El caballero que vino a recogerla, una persona fuerte en su constitución pero humilde en su trato, al verme, me dijo: "Varon, usted no estaba así, ¿qué pasó? Usted es un hombre de fe, confié en Dios, El le sanará", e inmediatamente hizo una oración a Dios por mi, allí mismo en el balcón. Luego continuó con su trabajo.
A partir de esta experiencia he visto fortalecida mi fe en Dios y me he sentido mejor. Doy gracias a Dios por este caballero y por las oraciones que todos llevan a Dios por mi y los demas enfermos.
Yo también mantengo en oración a los compañeros enfermos del ELA y le pido les de fortaleza, paciencia y confianza en él.