Quiero enviar un afectuoso saludo a una amiga que desde el 1980 conocí como parte de los compañeros de trabajo de las Sociedades Bíblicas y que se ha mantenido orando y dandome palabras de confianza en todo momento aun a pesar del tiempo y la distancia. Gracias a mi amiga Elizabeth Acosta, de la Sociedad Bíblica Colombiana.