sábado, 7 de enero de 2012

Desde el 2004...

Desde el 2004, cuando tenía 54 años, fui diagnosticado con una enfermedad incurable y progresiva llamada Esclerosis Lateral Amiotrofica (ELA). Los pronósticos eran que en cualquier momento hasta un máximo de cinco años, esta condición me podría llevar al final de mi vida.

Bueno, Yo era, ( y soy Cristiano ), sentía que Dios me podía ayudar, su palabra dice que Jesucristo, en quien yo creo, tiene todo poder para pelear por mí contra esta enfermedad. Así que junto a mi amada esposa, mis hijos, mi familia, pastores(as), hermanos(as), amigos y conocidos, pusimos esa confianza en Dios y lo creíamos por su palabra. Mantenernos todos unidos en oración y reclamando las promesas de Dios a los que le sirven, le aman y le creen ha sido la clave para todas las bendiciones recibidas.

No ha sido fácil, la condición fue ganando terreno y los síntomas más agudos fueron saliendo poco a poco. Pero algo pasaba que confundía a mis médicos e iba contra los pronósticos de la enfermedad. Era más lenta que en la mayoría de los casos. En mi hogar mi esposa y yo comenzamos un plan de alimentación basado en altas dosis de proteínas y buscamos aquellos suplementos de vitaminas que estimulaban la formación de músculos, pero ha sido la confianza y fe en nuestro Señor Jesucristo la clave para mantenernos firmes aun dentro de la condición. Hemos creído en sus promesas y las hemos hecho nuestras.

En este Blog, encontraras muchas citas bíblicas que nos han servido para mantener esa fe y esa confianza. Te invito a leerlas y hacerlas parte de tu vida. Veras la diferencia.

Hemos terminando el año 2011 y llegamos al año 2012. Han pasado ocho años desde mi diagnóstico.  Este año 2012 cumplo 61 años. En los estudios y análisis médicos que me han practicado para ver cómo está mi salud en general, todo sale bien. Hasta aquí nos ha ayudado Dios y sus promesas permanecen para siempre por lo cual seguimos confiando en él. No importa los que pase, siento que él ha estado siempre conmigo, me ayuda, me da fuerzas cada nuevo día y cuando tenga que partir de este mundo, sea por la razón que sea, iré a sus mansiones celestiales por la eternidad.

Actualmente me siento débil y tengo los síntomas típicos de esta condición, pero he visto la mano de Dios y aún en medio de la ELA, puedo moverme, levantarme, camino, manejo mi auto cada día acompañando a mi esposa a un programa de radio en la que ella participa. Voy a la iglesia, al colmado y de tiendas. Claro, tengo que comer algo cada dos horas a pesar de que es necesario tener cuidado de no ahogarme y no puedo ingerir todos los alimentos o al menos de la forma en que antes lo hacía pero siempre trato.

¿Cómo seguir adelante contra todo pronóstico y la apatía de muchos a creer en las promesas de Dios a través de Jesucristo en su palabra, la Biblia? Dios debe ser el centro de nuestra vida. Es un proceso de decisión en el que debemos ser sabios. El rol de separar nuestra vida y dedicarla a Dios ante toda adversidad es la clave para recibir de Él las promesas y ser llenos de su gracia y misericordia.

No debemos tener miedo. Nuestra confianza debe ser completa en Dios, en Jesucristo y sus promesas.

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