lunes, 28 de mayo de 2012

Actualización de mi condición…

Un(a) Elatico(a) es una persona a la que se le ha diagnosticado que padece la enfermedad llamada Esclerosis Lateral Amiotrofica. Enfermedad clasificada como terminar e irremediablemente los pronósticos son de tres a cinco años de vida.

En el 2004, cuando tenía 54 años, fui diagnosticado con esta enfermedad. En realidad desde el 2000, fue cuando comencé a experimentar síntomas en el cuerpo, que aunque entonces no sabía qué eran, como luego entendí que eran principios de la condición. Sentía el cuerpo como cortado con una sensación de calambres o adormecimiento, fiebres sin tener una infección o razón para ella, sudores fuertes al dormir durante el día.  Le comentaba a algunos compañeros de trabajo que no sabía qué me pasaba. Perdí sensacion en la boca y no podía emitir un silbido como antes lo hacía ni me sentía con toda la fuerza para lanzar una pelota a la misma distancia a que acostumbraba.

Con los años ya no tenía fuerzas para buscar y sacar documentos de los archivos en la oficina, comenzaron a darme temblores en el cuerpo, en especial durante las noches y la voz se comenzó a poner ronca.

No ha sido fácil, la condición fue ganando terreno y los síntomas más agudos fueron saliendo poco a poco. De todos los síntomas el más peligroso y al cual tenemos que prestar mayor atención es a la producción excesiva de saliva y a que esta se pone pastosa, (espesa), tanto así que nos ahoga y puede asfixiar. He aprendido a prevenir un poco los efectos de esto, expectorando a continuo y adelantandome a los sintomas.

Pero pasaba el tiempo y en mi caso había algo que confundía a mis médicos e iba contra los pronósticos de la enfermedad. Era más lenta que en la mayoría de los casos. Dios estaba y está conmigo lo que ha hecho posible pasar los límites de las estadisticas.

En mi hogar mi esposa y yo comenzamos un plan de fe y alimentación basado en altas dosis de proteínas, buscamos aquellos suplementos de vitaminas que estimulaban la formación de músculos, pero ha sido la confianza y fe en nuestro Señor Jesucristo la clave para mantenernos firmes aun dentro de la condición. Las oraciones a Dios de amigos y familiares han servido para afianzar nuestra fe y mantenernos. Hemos creído en sus promesas y las hemos hecho nuestras.

Llegamos al año 2012. Han pasado ocho años desde mi diagnóstico y doce desde aquellos primeros síntomas. Este año 2012 cumplí 61 años. Actualmente me siento débil y tengo los síntomas típicos de esta condición, pero he visto la mano de Dios y aún en medio de la ELA.

Puedo moverme, levantarme, camino con dificultad asistido por un andador, me muevo por la casa en mi silla motorizada, manejo mi auto cada día acompañando a mi esposa a un programa de radio en la que ella participa. Voy a la iglesia, al colmado y de tiendas. Claro, tengo que comer algo cada dos horas a pesar de que es necesario tener cuidado de no ahogarme y no puedo ingerir todos los alimentos o al menos de la forma en que antes lo hacía, ahora mi esposa los pasa por el procesador y me hace un puré o crema con cada uno de ellos.

Los pronósticos y la apatía de muchos a creer en las promesas de Dios a través de Jesucristo en su palabra, la Biblia nos lleva a un proceso de decisión en el que debemos ser sabios. La oración se convierte en nuestro mayor aliado para recibir la fortaleza que solo Dios da. El rol de separar nuestra vida y dedicarla a Dios ante toda adversidad es la clave para recibir de Él las promesas y ser llenos de su gracia y misericordia.
No debemos tener miedo. Nuestra confianza debe ser completa en Dios, en Jesucristo y sus promesas.

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