miércoles, 9 de diciembre de 2009

Una experiencia singular...

Cada lunes se realiza el recogido de desperdicios solidos en mi comunidad. Para el mes de diciembre estas personas solicitan algún donativo como regalo de Navidad a los residentes de los lugares donde ofrecen el servicio. Este pasado lunes en la mañana al escuchar que se acercaba el camión a mi casa, salí en mi silla de ruedas al balcón para entregarles mi aportación. El caballero que vino a recogerla, una persona fuerte en su constitución pero humilde en su trato, al verme, me dijo: "Varon, usted no estaba así, ¿qué pasó? Usted es un hombre de fe, confié en Dios, El le sanará", e inmediatamente hizo una oración a Dios por mi, allí mismo en el balcón. Luego continuó con su trabajo.

A partir de esta experiencia he visto fortalecida mi fe en Dios y me he sentido mejor. Doy gracias a Dios por este caballero y por las oraciones que todos llevan a Dios por mi y los demas enfermos.

Yo también mantengo en oración a los compañeros enfermos del ELA y le pido les de fortaleza, paciencia y confianza en él.

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